VIENE DE <a href="https://app.roll20.net/forum/post/9909734/capitulo-ii-un-mal-ano-i" rel="nofollow">https://app.roll20.net/forum/post/9909734/capitulo-ii-un-mal-ano-i</a> CAPITULO II: Un mal año El verano había pasado extrañamente rápido y eso considerando que
apenas se habían visto los cuatro amigos o a Harry, Ron o Hermione.
Cuando no estaban haciendo alguna actividad con sus familiares estaban
encerrados estudiando y practicando, en secreto, las nuevas materias y
manuales que Severus les había entregado; ahora formaban parte de la
Hermandad de Ofiuco y debían prepararse para combatir el mal… A
Lau la que peor se le daba, la que más le costaba aprender era la de
Pociones; curiosamente a cada uno se le daba peor una materia: a Iván
Transfiguración. Por otro lado Darko aprendió mucho sobre los hechizos
de curar, esa materia le fascinaba; y Alexa se puso al nivel de cuarto
curso en cuanto a preparación de pociones: es verdad que contar con las
clases extra con Severus estaba ayudando muchísimo, pero no hay que
despreciar su talento natural para comprender cómo los diferentes
ingredientes combinaban y reaccionaban a la hora de producir efectos.
Había llegado incluso a comenzar a preparar sus propias mezclas, de
momento eran cosas sencillas como crecepelo o enjuague bucal para
cantar, pero estaba en camino de convertirse en una de las más grandes
alquímicas de la historia de la magia. A mediados de agosto se
enteraron por El Profeta de que el peligroso asesino Sirius Black se
había escapado de Azkaban, la prisión más terrible y segura del mundo.
Pero los padres de los cuatro, que lo hablaron entre ellos, les
prohibieron a los cuatro amigos que le dijeran nada a Harry; conocedores
de su amistad... Una tarde Harry recibe la visita de su tía abuela; y
aquella jornada no terminó nada bien y en un ataque de ira el joven
mago la termina encantando y ella se hincha como un globo… Casualmente
Iván, un poco aburrido llama a Harry, quien está justo en ese momento
haciendo una maleta. Le responde muy alterado e iracundo; Iván nunca
había visto a Harry de semejante mal humor, ni siquiera cuando Snape le
hace injusticias en clase y le trata mal sin motivo o cuando Draco o sus
amigos se ríen de él, ni siquiera hablando del profesor Quirrell, quien
era un mortífago y estaba siendo controlado por Voldemort, y que
intentó matarle... - ¡Este no es ya mi hogar! ¡Me largo! –Había sentenciado Harry con un grito mezcla de ira y desesperación. Iván
se encuentra en la tesitura más difícil de su vida hasta ahora: decirle
o no decirle a Harry que Sirius andaba suelto, esa era la cuestión. Por
un lado todo su ser se agitaba, le pedía, le gritaba que le contara
todo a Harry: que Sirius Black era un asesino malnacido, que había
traicionado a sus padres revelándole a Voldemort la ubicación secreta de
la familia Potter, que tras conducir a Voldemort y que este perpretara
el asesinato de sus padres se había dado a la fuga, pero en su huída
había asesinado a varios magos y muggles, que hacía unos pocos días se
había escapado de Azkaban donde cumplía condena, que él, Harry, corría
un gran peligro; pero por el otro, era consciente de su promesa y no
quería meterse en problemas con sus padres: de educación y costumbres
estrictas y severas: para ellos una promesa era sagrada y romper una,
que además para ellos tenía una gran importancia, como así le habían
dicho, podría tener nefastas consecuencias. No entendía por qué no podía
avisar a su amigo, pero sí entendía que aún era joven y había cosas del
mundo de los adultos que se le escapaban; y no quería ser castigado,
tal vez enviado un año a un internado en su país natal: Rusia. Al
final, no sin esfuerzo, Iván logra controlarse y sin decir ni una
palabra sobre el tema logra aconsejar a Harry que no salga de casa, que
no “huya”. Pero viendo el estado anímico de éste y su resolución a
marcharse, al imaginativo e intuitivo chico se le ocurre una solución
“salomónica”: sin decirle nada a nadie (así no tiene que explicar ni
justificar, ni confesar nada) llama y pide un autobús noctámbulo para el
Nº4 de Privet Drive, la dirección de los tíos adoptivos de Harry. Nadie
lo supo entonces, pero Iván evitó que Sirius y Harry se encontraran esa
noche, con todas las consecuencias que eso tendría en el futuro... Llegado
el 31 de agosto los 4 amigos se reúnen por fin en el andén 9 ¾ camino a
Hogwarts. Allí coinciden también con Hermione, Ron y Harry, quien
saluda afectuoso a Iván y le agradece su ayuda aquella noche de agosto;
Harry se ha enterado de todo el asunto sobre Sirius y ha comprendido los
motivos de su amigo de Hufflepuff a la hora de recomendarle que se
quedara en casa. Él, ya sin nada que ocultar le confiesa que fue quien
envió el autobús por miedo a que Sirius le encontrase y atacase; y Harry
una vez más le agradece; Iván también reconocer que aquella noche hizo
el mayor esfuerzo de su vida al lograr no decirle nada a Harry sobre
Sirius: <<Sentía como si una fuerza interior me gritara y me
sacudiera para decirte algo… pero al final me contuve>>. Mientras
tanto Hermione les contaba al resto sobre Sirius Black y también que
desde que Harry dejara a sus tíos, se habían ocultado en el Caldero
Chorreante… Lau por supuesto que ya sabía la mitad de las cosas
escuchaba con su característica mueca impaciente como queriendo dejar
claro que “todo eso ya lo sé, pasa a lo que no sé y no me hagas perder
tiempo”. - Todo eso ya lo sabemos. -Aparece Yin que sube al vagón de
golpe y casi empujando a Hermione; le sigue Alexa y juntas acuden junto a
Draco y sus dos mejores amigos. Llevan una bolsa llena de golosinas y
los Slytherin se meten todos juntos en el vagón contiguo. Uno a
uno los alumnos van subiendo al tren camino de Hogwarts y un año más, a
tiempo, el tren parte del andén 9 y ¾ de King Cross. Llenos de ilusión la mayoría, de incertidumbre también los que ese año entran nuevos... En
el mismo vagón, en compartimentos separados viajan Harry y sus dos
mejores amigos junto a un adulto que parece dormido tapado con su propìa
gabardina; y en otro compartimento Lau y sus dos amigos, Iván y Drako.
Alexa esta vez viaja con sus amigos de Slytherin; y con la "enemiga" de
Lau: Yin Stienly, otra integrante de la Hermandad de Ofiuco. Durante
el viaje Alexa les enseña a sus amigos de Slytherin su tatuaje del
juramento inquebrantable contraído con el retrato de Salazar Slytherin.
Durante el viaje hablan mucho de Azakaban y Sirius Black (es el tema de
moda) y otros temas, y sobre todo comen muchas chucherías. Faltando
un poco más de una hora para llegar a Hogsmeade el tren de pronto se
para y a los pocos segundos las luces se apagan. Es noche cerrada y por
la ventana no se ve nada… Entonces empieza a hacer un intenso frío en
todo el vagón y Darko e Iván primero, pero inmediatamente después Lau
también, se empiezan a sentir muy mal, como con mal cuerpo, casi con
náuseas y tristes, cansados y melancólicos. Una angustia y desazón
parece envolverles… - Me siento triste de pronto… -Comenta Lau. - Y con frío… -Añade Iván. - Algo va mal… -Sospecha Lau. De
pronto una sombra pasa volando por la ventana, pero el tren sigue
parado; y al pasar esa sombra, como una sábana negra que volara
arrastrada por el viento, el cristal de la ventana se llena de escarcha y
los niños asustados se apartan instintivamente. Se colocan en sus
bancos en el compartimento pero junto a la puerta y con la vista fija en
la ventana. Hay algo maligno en la forma en que ese cristal se ha
congelado. De hecho los niños sienten que algo va mal, nada de lo que
está pasando es natural. Sienten una presencia y al mirar a la puerta
ven pasar entre las penumbras en que está sumido el tren de nuevo una
especie de sábana negra como llevada por el aire; con la diferencia de
que en el vagón no hay ninguna corriente de aire capaz de mover así una
sábana. Nada se oye, pero sin embargo el “espectro” avanza y pasa de
largo de su puerta… Apenas sienten cierto alivio cuando otra sombra
asoma por el pasillo junto al cristal translúcido de la puerta de su
compartimento. Pero esta vez no pasa de largo sino que se detiene junto a su puerta. Parece
una siniestra figura escapada de una pesadilla, como si la mismísima
muerte viniera a visitarles. Y sus sensaciones empeoran: se sienten aún
más tristes y tienen pensamientos oscuros y obsesivos… Sin saber qué
hacer, en silencio y con sus varitas en alto se colocan en mitad del
compartimento, entre la puerta y la ventana escarchada. Iván está de pie
el primero y sentados uno a cada lado Darko y Lau sostienen también sus
varitas en alto. La puerta comienza a abrirse y a Lau se le escapa un pequeño grito de terror. - ¡Silencio! –Manda callar Darko susurrando, sin quitar la vista de la puerta. A
lo largo de varios segundos la puerta se va deslizando. A ellos esos
pocos segundos se les hacen eternos y parecen durar horas; mientras la
puerta corrediza se desliza lateralmente y progresivamente va
descubriendo el horrible ser que espera al otro lado: una enorme
criatura etérea que flota a un palmo del suelo, carente de pies, tapada
con una horrible tela negra llena de agujeros, unas largas y huesudas
manos de feos dedos color ceniza se agarran al marco de la puerta, la
cara que irrumpe en el compartimento no es tal, no hay cara, sólo una
capucha negra que oculta una cabeza sin nariz ni ojos provista
únicamente de un agujero por boca; pero un agujero asqueroso que parece
la puerta a otra dimensión, al infierno realmente. La criatura es
recibida con una salva de hechizos por parte de Lau e Iván; Darko ha
caído desmayado en un rincón bajo el banco en que estaba sentado. Ninguno
de los hechizos lanzados por los dos adolescentes surten efecto: ni
petrificus, ni desmaius, ni lumos maxima, ni una bola de energía que
atraviesa a la criatura como si ni siquiera estuviera ahí y que daña la
pared del pasillo resquebrajando una ventana… Cada segundo que pasa los chicos experimentan mayor frío y terror, tristeza, desesperanza… Tal
vez por desesperación al ver que la magia no surte efecto y por querer
proteger a sus amigos, tal vez porque el embrujo de la criatura ha
logrado volver loco al chico de desesperación, el caso es que Iván con
un grito enloquecido carga contra la criatura que parece erguirse y se
eleva tanto que casi llega hasta el techo; con un movimiento rápido de
una mano agarra al niño del cuello y lo levanta por el aire como si no
pesara nada… Iván es incapaz siquiera de gritar y simplemente se tambalea en el aire como una marioneta. - ¡¡Suéltalo!! –Lau grita inútilmente, pero cesa en el lanzamiento de hechizos por miedo a impactar a su amigo. La
noche parece hacerse aún más oscura en el vagón, el frío que sienten
les penetra hasta los huesos, la angustia y vértigos que les oprimen las
tripas casi les hacen vomitar... De pronto la criatura baja la
cabeza asomando por fuera de la capucha y abre su horrible orificio
bucal, nada se ve en ese agujero insondable. Y de pronto de Iván surge
una especie de halo, como un flujo de energía vital que escapara de su
boca y que fuera absorbido por el horrible atacante. Nada interrumpe
el proceso: ni los gritos histéricos y desesperados de Lau, ni el hecho
de que Iván no es más que un chico de 13 años recién cumplidos… De
pronto una luz azul intensa brota por el pasillo desde el compartimento
de Harry y acto seguido un lobo espectral, como de pura energía de luz
azul, se cuela en el compartimento y golpea a la criatura por la
espalda. El golpe le hace soltar a Iván y salir huyendo por donde
vino a tal velocidad que parece visto desde una grabación que pasaran a
cámara rápida. En el suelo yace inconsciente Iván, sobre él Lau pide ayuda... Cuando Iván por fin abre los ojos se encuentra acostado sobre un banco del compartimento, le rodean sus amigos, incluso Alexa. -
Toma, come esto. –Darko le ofrece sonriente un trozo de chocolate. Y a
Iván se le alegra inmediatamente el ánimo al probar ese delicioso y
cálido sabor dulce que se derrite al morderlo… -Lo ha traído Luna
Lovegood… - ¿Cómo estás Iván? –Lau aún mantiene la mirada tensa a
pesar de que él se ha incorporado y está sentado sonriendo y comiendo el
chocolate. - ¿Cómo estás grandullón? –Alexa le ofrece una cajita de rana de chocolate sin abrir. –Te he traído esto, sé que te encanta. - Gracias chicas, estoy bien, un poco cansado… ¿Qué ha pasado? No recuerdo mucho… En
ese momento les interrumpe un adulto que dice ser el profesor Lupin, él
les cuenta que se han enfrentado con un dementor y que tienen suerte de
seguir con vida. Fue su hechizo patronus el que ahuyentó a la criatura y
le recomienda a Marius que se tome las cosas con calma el resto del día
ya que se encontrará débil. En el vagón de al lado Harry también fue víctima de un dementor; al parecer estaban buscando a Sirius Black. -
¿Y por qué nos atacaron? –Quiere saber Lau indignada. Ella sabe qué son
los dementores: los guardianes de Azkaban. Nunca había visto uno y por
eso no supo reaccionar, aunque tampoco podría haber hecho mucho al no
saber invocar un patronus, por lo que parece, el único arma efectiva
contra ellos… - Los dementores se sienten atraídos por la alegría,
por la ilusión; se alimentan de los pensamientos buenos de la gente, les
roban su alma. Probablemente se viera arrastrado atraído por vuestra
bondad y jovialidad… se dejó llevar por sus instintos más básicos; tened
en cuenta que son criaturas muy primarias… - Recuerda que en los
momentos más fríos, más oscuros y más tristes es la alegría de un feliz
recuerdo lo que te puede salvar… -Pronuncia Alexa como abstraída en un
recuerdo. - ¿Cómo dices? –Pregunta Lupin - Recuerda que en los
momentos más fríos, más oscuros y más tristes es la alegría de un feliz
recuerdo lo que te puede salvar. Me lo dijo la profesora Sybill de
adivinación al acabar el curso… Ahora le encuentro sentido… - Sí,
pero por desgracia o por fortuna, no estabas en el vagón. Tengo que
dejaros chicos, nos vemos en un rato. ¿Iván es tú nombre? Reposo y
relajación. –Lupin le sacude cariñosamente la cabeza. –Hoy has
demostrado una gran valentía y resistencia. A los pocos minutos de salir del compartimento el tren se detiene de nuevo: han llegado a la estación de Hogsmeade. En
el espacio donde esperan los carros los alumnos comentan sobre lo
sucedido mientras cargan sus equipajes: todo el mundo quiere saber qué
pasó cuando el tren se detuvo y las luces se apagaron; hay rumores y
habladurías pero la mayoría no se ha enterado del ataque sufrido. Iván
comenta animado con dos amigas el miedo que tuvo y como él y Harry se
desmayaron al ser atacados… En ese momento pasaba cerca Draco junto a
Yin y otros amigos y se ríen de la historia. Más tarde también se reiría
de Harry considerándolo un “blandengue” por desmayarse... Ya en los carros marchan a Hogwarts para que de comienzo como cada año la ceremonia de recibimiento de los nuevos alumnos. Como
novedad destacable, este año los nuevos alumnos son recibidos por el
coro de la escuela en un exquisito concierto de corta duración pero gran
belleza; sin duda el empleo de sapos cantores añade un aliciente
extraordinario. Draco pasa la noche burlándose de Harry Potter por su
desmayo. Menos guasa gastaría el adolescente si fuera consciente de que
en ese momento Hogwarts era rodeado y vigilado por decenas de
dementores; si fuera conocedor de primera mano, como sus compañeros
Harry o Iván, de las “delicias” que permite experimentar la cercanía de
una de estas criaturas otro sería su ánimo y mayor su respeto. Alexa
esta vez no le reía las gracias a su amigo y compañero de Slytherin;
había visto las consecuencias de cruzarse un dementor en su propio amigo
y no le parecía gracioso en absoluto. Sin embargo no le guardaba rencor
a Draco por su actitud, debida sobre todo a la ignorancia… Pensaba
Alexa. De todas formas apenas probó bocado, al igual que sus amigos de
Hufflepuff y Ravenclaw, o inclusive sus tres amigos de Gryffindor; la
mención de Dumbledore desvelando que Hogwarts estaría este curso rodeado
y bajo la atenta mirada de los siniestros guardianes de Azkaban les
había quitado el apetito. Una sombra se había instalado en su ánimo… Empezaba mal el año... Las
clases dieron comienzo con la máxima normalidad posible. La verdad es
que no se produjeron incidentes en las primeras semanas de clase. Nadie
había visto ni oído nada sobre el temible Sirius Black. La mayoría de
alumnos de hecho dudaban de que se atreviera a acercarse a Hogwarts: en
general consideraban que la mera presencia de el director Albus
Dumbledore bastaba para mantener alejado al vil personaje, pero además
que los temibles dementores patrullaran los alrededores terminaría por
desmoralizar a cualquiera con malas intenciones de acercarse a la
escuela. En clases con Hagrid un hipogrifo atacó a Draco el primer día, quien se marchó llorando y amenazando al profesor. En
clase de adivinación Iván en trance, en un ejercicio por parejas, le
relató una profecía o advertencia a su compañero Drako: <<En el
norte, en la “casa de la luz” frente al mar, cuando más miedo tengas, un
chiste ridículo debes contar>>. Como siempre que alguien hace una
profecía, esta tampoco tenía sentido; normalmente salvo las grandes
mentes, el común de los mortales no logra interpretar correctamente una
profecía hasta que los hechos que describe ya se han producido, para lo
que ya la profecía es inútil, es la conocida como “paradoja de la
inutilidad profética” o como la profesora Sybill la llama “Sabiduría a
posteriori”. Iván, siempre atento, esos días observó en Hermione
cierto comportamiento extraño: llegaba a mitad de algunas clases,
aparecía como de la nada a veces, otras como si acabara de llegar
corriendo, a veces no interrumpía una clase para aportar alguna idea
hasta varios minutos después del comienzo de una clase… Hablando con Lau
una tarde sobre lo contenta que estaba de que este curso Hermione le
estuviera dejando más participación él le comentó sus sospechas… Resultó
que el mismo Lupin, Remus Lupin, que les salvó del ataque del dementor
en el tren era su nuevo profesor de Defensa contra las Artes Oscuras. Y
resultó ser el mejor de los que habían tenido hasta ahora y además de
hacer interesante la teoría, las clases prácticas eran muy amenas e
instructivas: en un par de ocasiones les enseñó a derrotar un bogart:
una especie de fantasma informe capaz de presentarse como el mayor temor
de la víctima a la que ataca (mediante alguna habilidad mental que aún
no ha sido aclarada, accede a los más profundos temores). De modo que
los alumnos por turnos fueron probando el hechizo riddikulus (única
forma de vencerlo): Alexa contra una enorme cucaracha que explotó en un
volcán de chocolate para alegría de todos (aunque nadie se atrevió a
intentar comer...), Iván contra la visión de sus amigos y seres queridos
más cercanos desparramados muertos en el suelo empezó a cantar Thriller
de Michael Jackson y él y sus seres queridos empezaron a bailar al son
de la música que brotaba de su varita, como zombies, y tras unos
segundos todos, hasta el profesor, estaban siguiendo los pasos de baile
que marcaba Iván...<<Excelente, ese es el concepto que debéis
aprender: cuanto más disparatado mejor, !excelente!>>, Yin vio
aparecer a un mortífago con su careta y larga capa para terror de todos
los presentes y cuando éste le ordenó servirle ella le hizo un gesto
obsceno gritándole que "ella no servía para nada", echándose a reir con
lo que el boggart se esfumó; y Lau venció a una horrible araña
vistiéndola con un cancán rosa y zapatitos de charol lo que provocó la
risa general de los alumnos. Pero además como integrantes de la
secreta Hermandad de Ofiuco reciben clases extra de su profesor Severus
Snape y los domingos incluso deben dedicar un rato estudiando los
manuales que les encarga cada semana… Van agotados y sin apenas
tiempo para socializar o jugar, pero no se quejan, al contrario; se lo
toman casi como una competición entre los miembros de la hermandad y
cada vez se esfuerzan más para destacar y superar a sus compañeros... A
mediados de octubre Snape les reúne y les transmite su preocupación
sobre Sirius: sospecha que es capaz de pasar entre los dementores (no en
vano fue capaz de escapar de Azkaban sin ayuda), sabiendo donde se
encuentra Harry es más que probable que intente matarle, aún habiendo
pasado más de una década encerrado no deja ser un hábil y mortal mago… Así
que divide la hermandad en grupos de tres alumnos para buscar a Sirius o
alguna pista de él: a Lau, Iván y Yin los pone en el mismo grupo;
cualquiera diría que a propósito pone a las dos "enemigas" juntas (¿el
roce hace el cariño?) Por supuesto les advierte que no se enfrenten a
Sirius bajo ningún caso; deben lanzar un hechizo de auxilio para atraer
lo más rápidamente posible a algún profesor. Por el momento basta con
que busquen algún indicio sobre la posible presencia del asesino. A
lo largo de sucesivos días ellos tres peinan las calles de Hogsmeade y
entran en todas las tiendas y negocios (tabernas, tiendas de dulces,
antigüedades...) preguntando y buscando indicios… Lo más raro que vieron
fue un día en el camino de regreso como un enorme perro negro se les
quedaba mirando: estaba sentado en el camino, parecía que les estuviera
observando, no hizo nada más, sólo los vio pasar y en un momento dado en
que se giraron desapareció de la vista. También buscaron por el Bosque
Oscuro: excursión que terminó con la inestimable intervención de Hagrid
en el momento oportuno, justo antes de que una enorme Acromántula
(Aragoh, amiga Hagrid) les atacara, tras unas escaramuzas con algunas de
sus hijas... Otro día decidieron seguir unas extrañas huellas en
la nieve en las ruinas junto al castillo; no descubrieron a Sirius, pero
sí terminaron derrotando a un peligroso y molesto necrófago que andaba
perturbando el descanso de los muertos enterrados en esas ruinas y
vencieron también a un desconcertante mortífago que andaba escondido
realizando algún tipo de hechizo teletransportador. Por fortuna tras un
difícil combate (en que hasta su mascota, una serpiente Ashwinger, les
atacó...) que acabó con el mortífago inconsciente y Yin petrificada
entregaron al sospechoso agresor a Severus, quien, sin felicitarles, se
hizo cargo del inconsciente... Llegando la noche de Halloween se
produjo un incidente aterrador: Sirius Black había penetrado los muros y
las defensas de Hogwarts, se había colado incluso bajo la vigilancia de
los dementores y había atacado a la Dama Gorda… Ese año no habría
concierto de la Dama Gorda. Los alumnos duermen esa noche todos
juntos en el Gran Salón. Pero Severus reúne a los integrantes de la
Hermandad de Ofiuco para buscar por el castillo al asesino. Los envía en
grupos de cuatro a peinar por áreas concretas. Aunque de nuevo no ven
nada… Esa noche sin embargo los "cinco amigos" (los cuatro más Yin)
encuentran una reunión de fantasmas. Los invitan a bailar y Alexa por su
parte se dedica a intercambiar opiniones con algunos fantasmas y
aprovecha para difundir las bondades de su casa, Slytherin; eso le hace
sentir mejor y por cada fantasma al que convence de que Slytherin es la
mejor casa de Hogwarts, su tatuaje del juramento inquebrantable parece
escocerle un poco menos. Iván, tan sociable como es, hace amistad con
algunos fantasmas y se entera de que un perro o lobo ha sido visto
deambulando por patios y jardines… Al comentárselo a Snape éste no le da
mayor trascendencia, aunque le reconoce su esfuerzo investigador (algo
es algo...). Al llegar las vacaciones de navidad Snape les pide que
se queden a ayudarle a buscar a Sirius y con él visitan el callejón
diagon y el knockturn; pero en ningún caso encuentran pista alguna . Por lo menos aprovecharon también para estudiar y practicar con él todo tipo de hechizos, pociones, magia curativa… La
verdad que durante este año aprendieron a apreciar un poco mejor a su
profesor de Slytherin (salvo Alexa, para quién Snape siempre ha sido el
mejor profesor de Hogwarts); es verdad que es silencioso, pero es
tremendamente reflexivo e inteligente, es verdad que es exigente, pero
es justo y además es exigente con todos, el primero consigo mismo, es
verdad que a veces sus modales son oscos, pero entienden que carga con
graves preocupaciones que se les escapan a unos simples adolescentes... Buscando
a Sirius, estudiando, aprendiendo y practicando antes de darse cuenta
llega la primavera y con ella regresan los alumnos a Hogwarts para
alegría de los sociables Iván y Alexa consternación de Yin y Lau que
habían disfrutado del colegio vacío y silencioso, casi como si fuera
“suyo”. CONTINUARÁ